lunes, 25 de julio de 2011

El Inquilino (1976) ¿Esto es lo que quieren?


Creo que falta mucho hasta que aparezca otra pelicula en la que se diseccione la mente humana de una forma tan perturbadora y aplastante o que exponga asi la paranoia, la inseguridad y el miedo de un hombre demasiado ingenuo como para enfrentarse al mundo que lo rodea y a si mismo. Para mi, su mejor pelicula, y uno de los mejores thrillers de todos los tiempos.

Desde su comienzo "El Inquilino" (1976) comienza a generar inquietud. Un plano secuencia del exterior de un edificio,con una cámara que se pasea por ventanas en donde personajes que nos observan transmiten la desazón de lo desconocido,lo incierto del mundo que nos espera dentro de cada una se esas paredes. Al ingresar, lo que nos espera no es de lo más alentador: un edificio lúgubre y sombrío, una conserje (Shelley Winters) extremadamente desagradable y áspera,además de un perro dispuesto a atacarnos.

Resulta extraño pensar que alguien como Trelkovsky (interpretado en forma extraordinaria por el propio Roman Polanski) quiera vivir en este lugar, ya que, no tiene las características delos demás componentes de la comunidad es de contextura peueña, vive afectado,impresionantemente tímido y apocado. Lo que sorprende al jugar todas sus cartas con el desagradable administrador Monsieur Zy (Melvin Douglas) para conseguir el departamento que a soñado.

Es cierto que Polanski utiliza los ambientes claustrofóbicos y opresivos en sus películas (El cuchillo en el agua, Repulsión, El bebé de Rosemary) pero de todas formas nos hace cuestionarnos: ¿Quién es este inquilino? ¿Quiénes son los vecinos que viven en el edificio? ¿Será posible que el inquilino represente a cada uno de nosotros al borde de la locura atormentado y angustiado por esa realidad que nos atormenta todos los días?.

Sigamos. Trelkovski se entera de que lo único que lo separa de su departamento soñado es Simone, la anterior inquilina que se debate entre la vida y la muerte después de arrojarse por la ventana de este.Siempre me pregunté porque este frágil personaje querría vivir en tan tenebroso e inhóspito lugar, sobretodo si tiene que esperar la muerte de alguien para poder lograrlo . Además,nuestro protagonista visita a Simone en el hospital . (¿Para cerciorarse de la real gravedad de su estado? ¿esperando la muerte para poder hacerse del departamento? o ¿Para expiar la culpa de su rapacidad inmobiliaria?)ahi Conoce a quien será su alter ego. Como siempre pasa el destino, en cierta forma, está sellado. Trelkovski ve en Simone aunque aún no lo sabe, su propio futuro.

Este fatal destino el cual ha perseguido a Polanski incluso a través de su vida personal,al quedarse a vivir en el edificio está también enfrentando sus propios demonios, su propia oscuridad, su propio miedo. Cualquiera en su lugar habría salido huyendo, pero Trelkovski-Polanski se queda a vivir, acepta ese destino, no sólo convive con su propia oscuridad,sino que la lleva y asume hasta el final.esto termina significando tener momentos de locura alternados con una cordura que pende de un hilo, luz y la sombra conviven dentro de una misma ciudad, así como dentro de una misma persona.

Estos "claroscuros" del filme se hacen presentes en la dirección de fotografía a cargo de Sven Nykvist, en donde la escala de colores se expone de forma magnífica al servicio de la historia,donde complementa cada uno de estos dos polos que tienen un magnífico acompañamiento. La iluminación cálida en casa de Stella (el deseo, el contacto humano, el calor del abrazo, el anhelo de la estabilidad, la familia); la oscuridad fría del edificio (peligro, enemigos, muerte), la oscuridad asfixiante del departamento de Trelkovski (inseguridad, el camino a la locura, la opresión de los sentimientos,el yo interno), la luminosidad de la calle (el ritmo de la ciudad, el camión de la basura, el Paris que invita, que da oportunidades, el aire frío que revive).

La música de Phillipe Sarde,pone enfasis en los momentos de tensión y de introspección de Trelkovski en su departamento a medida que comienza a descubrir pertenencias de Simone y el sinfin de situaciones sospechosas.

Cada uno de los personajes nos demuestra un vacío y una soledad que traspasa más allá de la película. Simone se ha suicidado agobiada por una vida que ignoramos, sólo llegamos a saber de ella por sus cercanos (¿sería posible hablar de amigos?), pero es una gran presencia durante toda la película, es el otro yo de Trelkovski, quien puede llevar esta imitación hasta la propia muerte. Stella -la musa inspiradora, el momento de estabilidad que presenta la pelicula- la otra presencia femenina será la compresión, el hombro donde llorar, el deseo sexual -el amor por el cine al ver una película de Bruce Lee-, la mujer que deseas, que te desprecia, de la que no volvisteá a saber . El amigo bravucón (¿un productor?)que representa exactamente el tipo de persona de la que pretende huir Trelkovski y a quién no volveremos a ver después del escena de la marcha militar. Monsieur Zy, el orden, el poder de la vejez, el status quo, el sistema imperante. El personaje que llega a inquietar es Madame Dioz (Jo Van Fleet), ese personaje grotesco cuyo nombre hace referencia quizá a una deidad. Por su forma de vestir y forma de ser entendemos que es una moralista, que es capaz de cualquier cosa por imponer sus ideas (censurar). El fervor fanático por la religión que aparta a los realmente necesitados y oprimidos queda también de manifiesto en el sermón del cura en el velorio de Simone. Es un Dios que reprime,que castiga.

La actuación en bloque de los vecinos,en donde se unen todos para confabular contra el que les parece menos bueno o más ruidoso. Al ser Polanski judío y habiendo perdido a su madre en un campo de concentración, sabe de exclusión, de humillación y del poder que pueden tener unos pocos sobre otros muchos. Trelkovsji al negarse a firmar una carta para echar del edificio a una vecina con su hija inválida, está reafirmando que tiene una sentimiento contra el abuso de poder: “nadie puede echarla del edificio” le dice con convecimiento a la pobre mujera que llora en su puerta. Esta frase no pasa de sólo un episodio idealista de su parte: los vecinos si eran capaces de echarla, la sociedad no es justa ni benevolente con los distintos o parecen molestar.

Trelkovski con el pasar de la historia adopta los hábitos de Simone (ejemplos son el chocolate caliente, los Marlboro) ha sido acorralado a tomar estas actitudes por quienes viven con él diciéndole lo que es correcto y no hacer. Al ser Trelkovski un personaje sensible ,es fácilmente manipulable por estas personas que desean que él sea uno más de un sistema que no reconoce diferencias. si se llegara a oponer sólo hará más difícil la situación. Esto casi define lo que debe vivir un artista para ganarse un espacio en la sociedad.

Pero Polanski toma una decisión. Al "transformarse" en Simone acepta una vez más lo que le corresponde: su tragedia, sus diferencias,el dolor de enfrentarse a sus demonios.

El diente en la pared (su trozo faltante), el vestido en el closeto,el chocolate, los Marlboro, la uña roja, la peluca, los tacones, el travestismo absoluto no son más que pasos antes de llegar a la gran verdad: me acepto y me entrego a lo que soy.

Trelkovski es arrastrado por última vez al edificio de donde trató, sin éxito, de huir. Se encierra en su departamento y ya trsnformado en Simone se asoma al balcón.

Se presenta con una escena espeluznante: todos los vecinos del edifico vestidos de gala han dispuesto un teatro para ver la caída. Estos vecinos tan malvados se pueden interpretar como nosotros mismos esperando el desenlace de quien queremos ver caer.

Él se lanza. “¿Esto es lo que quieren?”. Me he lanzado al vacío con todos mis defectos, con todas mis complejidades para que ustedes se diviertan y me vean morir. Él cae estrepitosamente rompiendo los cristales, sangrando. No lo reconocen, ha asumido otra piel, otra condición.Y como la perfección y la falta de grandeza van de la mano nos hace padecer el horror de la subida y se vuelve a arrojar. He aquí la reafirmación del ser: no puedo dejar de ser quién soy, no puedo evitar hacer lo que hago.

Y el final, el grito en la cama de hospital: No es posible huir del destino.

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